CED:
MÚSICA, PIRATERÍA Y DISCOS COMPACTOS.
“Piratería”,
un termino de uso muy extenso en estos días; y que ha suscitado todo tipo de
opiniones en los medios de comunicación. Acusadores, defensores, detractores, víctimas y victimarios, en fin; existe todo un abanico de posturas sobre el referente y
que han hecho del tema algo tan común como importante y “trillado”.
Yo?, yo no
pretendo tomar parte en este asunto;
NO deposito mi pensamiento en
estas líneas para ir en defensa de la “piratería”; ni tampoco pretendo abogar
por quienes pertenecen al sector que reclama por los derechos de autor y
procura la restricción de materiales ilegítimos.
No. Yo no
soy analista ni económico ni social. Yo, seguramente me encuentro desprovisto
de los elementos cognitivos adecuados para llamar a juicio las ideas o ideales
de quienes en este “debate” incurren. Así, y por consiguiente, no puedo más que
retratar las reflexiones derivadas de mi experiencia e introspección.
Como primera
medida, pienso que el termino “piratería” ha sufrido de un abuso desmedido y
que su significado no responde adecuadamente al asunto que pretende rotular; si
bien no desconozco las adaptaciones semánticas que acarrea el tiempo sobre los términos
de una lengua; de forma personal considero más relevante hablar de copias no autorizadas
o copias ilegales cuando se alude a el asunto aquí expuesto.
(Recuerdo a
mis lectores que enfocaré este asunto haciendo mención del caso específico de
la música y los discos compactos)
Ahora, en
cuanto a los actores de esta disputa o debate (o como deseen o consideren mis
lectores adecuado llamar este asunto) yo veo, creo y pienso que:
-La
industria fonográfica y/o discográfica posee argumentos sólidos en sus “quejas”,
pues resulta obvio que la existencia, difusión y comercio de copias no
autorizadas acarrea el detrimento de su negocio; (¿por eso ocurre esto no?) y
dadas las proporciones del fenómeno, supone un problema de orden global; por
ende preocupante. Y…
por supuesto
que es “malo” que existan mas copias que originales de un articulo, (¿no?)
(Al menos
en una sociedad tercermundista es así) si yo fuere un hombre del negocio discográfico
legal (por ejemplo) sin duda estaría iracundo y a la vez preocupado,…
Pero… esa
víctima de “los piratas” que pensará?
-que el público prefiere una copia ilegal, desprovista de booklet, de precario embalaje y/o calidad sonora?
Será por
gusto que la gente adquiere copias no autorizadas?
Creo que es
demasiado obvio que todo consumidor prefiere productos originales, de buena
calidad, con garantía y en fin; con todo lo inherente a un artículo genuino.
Pero; qué proporción
de la población puede realmente acceder a este tipo de mercancías?
– sin duda
una minoría perteneciente a las clases privilegiadas; o aquellos que por afición
destinan prioritariamente sus recursos a la colección. No obstante el común de
la gente no; porque un CD original cuesta entre 20 y hasta 50 o 60 veces mas
que una copia no autorizada (hablando de “buena” música) lo que puede
representar un gasto alrededor del 7% del salario mínimo mensual vigente y el
cual depende cerca del 6% de la población ocupada. (El 87% de la población no duplica esta suma)
De esta manera,
se puede deducir que el comercio de copias ilegales es en realidad una cuestión de opciones y no de
intenciones y que es sustentado por la
propia intención de compra de la población, que al no contar con los recursos
para adquirir productos originales se conforma o quizás; resigna a adquirir la opción
“pirata”.
En cuanto a
la propagación de los materiales ilícitos, basta la reflexión: ¿con que tanta
facilidad se pueden adquirir estos elementos?
Lo preocupante
de un cuestionamiento así (asumiendo la postura “legal”) es que resulta más fácil;
además de cerca; el conseguir un distribuidor de CDs ilegítimos (todavía más si se trata de películas DVD) para el general
de la población que encontrar una tienda con los productos originales.
Pero… ¿Por
qué existen las copias no autorizadas?
-lógicamente
porque existe una demanda de productos; productos que en sus versiones
originales no resultan de fácil adquisición para la multitud (sé que ya lo dije.
¡Es una pregunta retórica!). Así concluyo: -si es tan representativo el mercado
de los CDs ilegítimos; ¿no debería la
industria fonográfica hacerse a la población que los consume? (Pesando quizás
en vender 10 veces más a un precio 5 veces inferior o algo similar)
Yo creo que
si los productos estuvieran al alcance de todos la piratería no tendría razón
de ser, por supuesto tal idea supone un gran trabajo, pero desembocaría tanto
en la equidad social como en una oportunidad de desarrollo y desde luego en la
posibilidad de disfrutar ese arte que es
la música sin ningún tipo de culpa o detrimento social.
Y tú, ¿que
piensas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario