CED:
Las breves líneas
de ayer me hicieron reflexionar en el tema de la ortografía.
Ya tarde;
en la noche; recordé el asunto; y
aunque su parecer es poco trascendente, me es posible asociarlo a mi
propia experiencia.
En realidad
la buena ortografía es poco habitual en estos tiempos, y quizás se podría
argumentar que en nuestra sociedad abarca tal magnitud la impericia y el propio
desinterés al respecto, que al concluir un escrito hoy en día, recurrimos a una
“pseudotecla” que habrá de develar las faltas que pudiésemos cometer.
¿Acaso no deberíamos
conocer las reglas?
(En vez de
poner la eficiencia de nuestra educación en duda..¿?)
¿Nos
enseñaron poco?
¿Aprendimos
casi nada?
Sin embargo es curioso, pues aunque en
principio me podría evidenciar como un “defensor” de la correcta escritura
(poseo mis traspiés también) y más aún, -tengo por grato recuerdo la escritura
de un amigo, quien escribía de forma abominable; haciéndolo con total intención. Aquella era una escritura en verdad
ambivalente, pues todas esas mal-escritas palabras hilaban inefables poemas y
prosas habidas de experiencia, cultura e imaginación. Encontrar palabras como
“bez”, “haser”, “tanbien” o “tristesa” podría
resultar muy común en sus escritos (*estos “ejemplos” los he inventado aquí, ahora,
pero seguro que si revisara los textos, podría hallar alguno de estos vocablos).
Esa era quizás
parte de su “magia” y sin duda; gran parte de su originalidad, pues leer con
tal ortografía resultaba un escabroso evento difícil de olvidar, aun así; una
de las más gratas lecturas sobre las cuales he posado mis ojos.
-¿Quién
puede argumentar el por qué si?
-¿Quién
puede debatir el por qué no?
Ahora bien,
he visto ortografías muy singulares, fruto de la practicidad y el “ahorro de
signos” Supongo que ahora que la escritura no es el rodar de una pluma sino un
constante pulsar (casi siempre dedicados al contenido fútil) resulta una mejor opción
un “T kiero” que una cita de Neruda.
Tanbien alguna
bez (asumiendo la postura de mi amigo Halif) descubrí una ortografía que parecía
demasiado estricta, ya que en mi propia experiencia he visto algunas
redundancias (por ejemplo) casi vitales para exponer una idea en plenitud.
…
(Perdonad
por favor mis errores ortográficos, ya que no soy tampoco un profundo conocedor
de nuestra lengua)
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